Falles en valenciano son unas fiestas con una arraigada tradición en la ciudad de Valencia y diferentes poblaciones de la Comunidad Valenciana, que se celebran del 15 al 19 de marzo. Oficialmente empiezan el último domingo de febrero con el acto de la crida (Cridà en valenciano). Actualmente, esta festividad se ha convertido en un atractivo turístico muy importante, ya que están catalogadas como fiesta de Interés Turístico Internacional. Estas fiestas también son llamadas fiestas josefinas o festes de Sant Josep (en valenciano), ya que se celebran en honor a San José, patrón de los carpinteros.

En valenciano medieval,1 la palabra falla (del latín fac[u]la, diminutivo de fax, antorcha) servía para nombrar las antorchas que se colocaban en lo alto de las torres de vigilancia. En el Llibre dels Fets, se cita que las tropas del rey Jaime llevaban fallas (antorchas) para iluminarse, tanto para el camino como a la entrada de las tiendas de campaña. También se utilizaban las antorchas para alumbrar una fiesta. Más adelante se hace referencia a este término para referirse a las hogueras y luminarias que se encendían en vísperas de fiestas extraordinarias y patronales.

La víspera de San José se encendían hogueras para anunciar su festividad, recibiendo esa práctica ritual el nombre de falla. La versión popular del origen de las fallas según el Marqués de Cruïlles, fueron iniciadas por el gremio de carpinteros que quemaban en la víspera del día de su patrón San José, en una hoguera purificadora, las virutas y trastos viejos sobrantes, haciendo limpieza de los talleres antes de entrar la primavera. Además, quemaban sus "parots" (estructuras de las que colgaban los candiles que les daban luz) puesto que con el fin del invierno y la llegada de la primavera, y al hacerse los días más largos, ya no eran necesarios. Según esta teoría, la inventiva popular le dio forma humana a estos parots. Esta leyenda romántica del origen de la fiesta contrasta con la documentación conservada en el Gremio de Carpinteros, que no cita la construcción de fallas en su víspera, sino la festividad religiosa del propio día 19.
Existen otros autores que intentan encontrar un origen más antiguo a la fiesta, defendiendo que el culto al fuego es un ritual de tradición pagana, como ocurre con otras festividades como San Antón, San Juan, San Miguel o la Navidad en diversos puntos de la geografía española, en donde también se queman hogueras en su víspera. Según esta teoría, las Fallas son una evolución de este arcaico ritual que anuncia la entrada de la primavera.

La primera información que tenemos sobre las Fallas data de mediados del (siglo XVIII), 1740. Algunas de las miles de hogueras que se encendían en las calles de Valencia se denominaron fallas. Eran monumentos satíricos y burlescos en los que se exponían a la vergüenza pública y se quemaban simbólicamente personas y situaciones de la calle o barrio donde se plantaba la falla.[1]. En su construcción participaban los vecinos de cada calle. Se empezaron a incorporar carteles alusivos a algún personaje conocido del barrio. Además, los niños iban de casa en casa pidiendo "una estoreta velleta" (una alfombra vieja), que se convirtió en un canto popular para recoger todo tipo de muebles y utensilios viejos para quemarlos junto a las fallas. En esta época, las fallas eran cajones altos con tres o cuatro muñecos vestidos con ropas de tela, y con caretas de cartón o las manos y caras de cera.

Con la creación de los premios a las fallas más artísticas, en 1895 por Lo Rat Penat y desde 1901 por el Ayuntamiento, las fallas fueron abandonando progresivamente la sátira para centrarse en su vertiente más artística, empezando las comisiones falleras a contratar artistas y artesanos que darán paso a la posterior especialización en la profesión del Artista Fallero. Posteriormente, los artesanos incorporaron un nuevo procedimiento: la reproducción de moldes en cartón piedra. La creación de la falla fue evolucionando hasta la actualidad, donde la mayoría de monumentos están compuestos de poliestireno expandido ("porexpán"), corcho blando fácilmente moldeable con sierras de calor y le aporta más brillo a la pieza. Así el arte de las fallas ha generado monumentos de mayores dimensiones con remates que rozan los 30 metros de altura.

Hoy las fallas mueven cerca un millón de turistas anualmente. Se plantan 385 monumentos en la ciudad de Valencia y más de 250 en el resto de la provincia. El Gremio Artesano de Artistas Falleros subsiste como entidad encargada de enseñar el antiguo oficio de producción de monumentos falleros. La Junta Central Fallera es la entidad que organiza la fiesta y la mantiene viva durante todo el ejercicio fallero.

Fallas fuera de Valencia

Las fallas son unas fiestas oriundas de la ciudad de Valencia, aunque con el paso de los años han comenzado a celebrarse a una gran cantidad de municipios de la Comunidad Valenciana, e incluso de fuera de ella. De este modo, en la provincia de Valencia es donde se concentran el mayor número de monumentos y comisiones falleras fuera de los límites de la ciudad, entre las cuales se encuentran las fallas de las localidades de Alacuás, Albal, Albalat de la Ribera, Albalat dels Sorells, Alberique, Alborache, Alboraya, Albuixech, Alcácer, Alcira, Alcudia de Crespins, Aldaya, Alfafar, Alfara del Patriarca, Algemesí, Alginet, Almácera, Almusafes, Benaguasil, Benetúser, Benicarló, Benifaió, Beniparrell, Bétera, Bonrepós y Mirambell, Buñol, Burjasot, Carcagente, Carlet, Casinos, Catarroja, Chiva, Cheste, Cuart de poblet, Cullera, El Puig, Foyos, Gandía, Godella, Godelleta, Jaraco, Játiva, La Eliana, Liria, Loriguilla, Lugar Nuevo de la Corona, Manises, Masamagrell, Masanasa, Meliana, Mislata, Moncada, Monserrat, Montroy, Museros, Náquera, Oliva, Paiporta, Paterna, Picaña, Picasent, Poliñá de Júcar, Puzol, Ribarroja del Turia, Rocafort, Sagunto, Sedaví, Silla, Sueca, Tabernes de Valldigna, Tabernes Blanques, Turís, Torrente, Utiel, Vinalesa, Villamarchante, Chirivella, etc.

En las provincias de Castellón y la Alicante se celebran las fiestas falleras en diversas poblaciones, entre las que cabe destacar las comisiones de Benicarló, Burriana o Vall de Uxó en Castellón y Denia, Elda, Pego y Benidorm en Alicante. Fuera de la Comunidad Valenciana, se planta cada año desde 1962 una falla en la población madrileña de Getafe,2 así como desde el año 1982 en la localidad jienense de Mancha Real, ya que es una localidad con una gran industria del mueble. Del mismo modo, en Calviá (Mallorca), se planta la falla "El Toro" desde el año 1994. También en Ibiza en San Antonio del Portany la Asocicion Cultural Valenciana Sant Antoni del Portmany celebra sus fiestas Josefinas. A esto hay que añadir, que en 1989 se plantó de manera ocasional una falla en la ciudad de París. Fuera de Europa, desde 1954 la Unión Regional Valenciana de Mar del Plata celebra su Semana Fallera3 , que constituye una suerte de cierre no oficial de la temporada turística de verano.

Elementos de la Fiesta

La Junta Central Fallera

La Junta Central Fallera es el organismo que regula y coordina la fiesta de las fallas tanto en la ciudad de Valencia con las comisiones de cada falla, así como con las Juntas de Distrito. También coordina las diferentes Juntas Locales Falleras en las diversas poblaciones donde se celebra esta fiesta, como Alacuás, Alfafar, Aldaya, Algemesí, Alcira, Benidorm, Benetússer, Burriana, Burjasot, Catarroja, Cullera, Gandía, Sedaví, Massanassa, Paterna, Mislata, Tavernes Blanques.

Tiene la sede en el edificio adjunto al Museo Fallero, en frente de la Ciudad de las Artes y las Ciencias, junto a la iglesia de Montolivete. La Junta Central Fallera se encarga, por ejemplo, de hacer la elección de la Fallera Mayor de Valencia, de elegir las mejores fallas de todas las categorías, así como de organizar los actos centrales de la fiesta, como la Ofrenda de Flores a la Virgen María de los Desamparados, y otros muchos. Hace falta destacar su importancia cívica y organizativa en la Comunitat Valenciana.

Los Artistas Falleros

El artista fallero no se encarga únicamente de construir y modelar las fallas, ya que también se encarga de realizar otros trabajos, como la construcción de carrozas y decoraciones para locales, comercios y ferias. Los artistas falleros pertenecen a un gremio.

Las comisiones falleras

Casi en cada calle de la ciudad hay un "casal fallero", lugar de reunión de cada una de las comisiones falleras, que durante todo el ejercicio buscan fuentes de ingreso para poder pagar la fiesta y su propio monumento. Además, normalmente cada comisión consta también de una comisión infantil, formada únicamente por niños, que también planta su propia falla. Las fallas infantiles miden, como máximo, 3 metros de diámetro y están compuestas por figuras de estética más próxima al mundo de los niños y generalmente no muestran temas críticos.

Aunque el objetivo de las comisiones es construir la falla para la fiesta de San José, durante el resto del año en cada casal se realizan actos festivos, culturales y sociales de todo tipo, que hacen de las comisiones falleras uno de los principales ejes de la vida asociativa y del entramado social de Valencia y los demás municipios donde se celebra esta fiesta.

El monumento fallero

Habitualmente tienen carácter satírico sobre temas de actualidad. Las fallas suelen constar de una figura o composición central de varios metros de altura, las más grandes superan los 30 metros (exactamente la falla Na Jordana 2001, con 33 metros, fue la más alta y voluminosa de la historia) rodeadas de numerosas figuras de cartón piedra, poliuretano (material que en los últimos años está siendo sustituido por otros más modernos como el poliestireno expandido, más ligero y moldeable), sostenidas por una armazón de madera. Incluyen letreros escritos en valenciano explicando el significado de cada escenografía, siempre con sentido crítico y satírico.

Los artistas y artesanos (denominados artesans fallers), carpinteros, pintores y escultores se dedican durante meses a construir monumentos que las diferentes comisiones (en Valencia hay 387) contratan, lo cual impulsa la creación de empleo en la ciudad. Las fallas se instalan en la calle con grúas el 15 de marzo(Si es una falla mayor unos días antes, y si es de la sección especial desde el 3 de marzo). por la noche, el día de la plantà se planta el monumento infantil en los pueblos. En Valencia Capital se plantan el 14. El acto en el que se quema la falla se denomina la cremà (la quema).

Como complemento a los letreros, algunas comisiones realizan el "llibret de la sátira", en el que se explica mediante versos satíricos el contenido de la falla. Este género se inició en el siglo XIX con el autor suecano Bernat i Baldoví, y experimentó su máximo auge en los años 50 y 60 del siglo XX, gracias a autores como Emili Panach o José Bea Izquierdo. Y esta tradición ha llegado a ser tan importante que incluso tiene su propia categoría en la sección de premios. Cada año, se otorgan diferentes galardones a los llibres según categorías y criterios, en lo que hace referencia al diseño, información que contiene, originalidad, etc. Por lo que el "llibret" es un elemento más del mundo fallero, en el que muchas personas, al igual que en el monumento, ponen su empeño para crear el mejor producto y, si es posible, recoger uno de los premios con toda la comisión.